sábado, 16 de mayo de 2015

¿Porque es importante conocer a la política y a la ciencia política?


Autor: Sergio Alberto Nájera Villegas*

Título: ¿Porque es importante conocer a la política y a la ciencia política?



Actualmente un fenómeno muy común en la vida diaria es confundir los conceptos de Ciencia Política y Política, es decir, es muy frecuente confundir la disciplina científica y la actividad práctica, respectivamente.

Otro fenómeno ligado (y derivado) del anterior lo constituye el hecho de que la población residente de un país cada vez ve con menos crédito a la política y, como consecuencia, aumente cada vez más el distanciamiento existente entre ambos, pero este distanciamiento es resultado de la percepción que la gente tiene al oír la palabra política, ya que generalmente la relacionan con disputas por el poder, caminos torcidos o, simplemente, una actividad que sirve para el autoaprovechamiento de los intereses individuales de un sujeto.

Generalmente los conceptos de dominio público carecen de exactitud como para ser tomados a la hora de emprender labores académicas, tratando de establecer un concepto útil para la palabra política nos remitimos a lo dicho por Max Weber en la conferencia que dictó bajo el título de “La política como profesión” en donde establece que con el concepto política pretendemos entender (o insinuar) toda dirección o influencia en la dirección de una asociación política, es decir, de un Estado. Bajo estas premisas formula su definición de política al asentar que es la aspiración por participar del poder o por influir en la repartición del mismo dentro de un Estado entre los grupos humanos que lo componen.

Dependiendo de la tesitura y del contexto que se maneje podemos hablar de distintos enfoques o conceptos de la palabra política, teniendo de esta manera un enfoque normativo (lucha por el recto orden), un enfoque orientado por el conflicto (una lucha por el poder); desde otra perspectiva también podemos encontrar una definición de acuerdo al interés cognitivo que tengamos, dirigiendo así su función en relación a su tecnicidad, fundamentos normativos y un sentido emancipatorio para el hombre en donde éste es iluminado y liberado (no totalmente) de la dominación.

La política busca generalmente el establecimiento de normas con carácter vinculatorio a aplicar en una sociedad, de aquí podemos inferir que la política abordara la dirección y funcionamiento de los procesos sociales, pero siempre sujetos a determinadas reglas generales.

Para poder comprender todo aquello que implica la actividad política (sistemas políticos, variantes entre los mismos, transiciones de uno a otro), conviene tomar como referencia al tratamiento que los anglosajones dan al término “política”, de acuerdo con esta visión el término “política” es poseedor de tres dimensiones que comprenden a la totalidad de las instituciones políticas, los procesos políticos y las decisiones políticas, tanto en su sentido material y de contenido (polity, politics y policy).

Al primero corresponde la dimensión formal de la política, es decir, abarca la dimensión institucional de la política así como todas aquellas formas y estructuras en las que se desarrolla. A la segunda le corresponde abordar los procesos a través de los cuales los actores políticos tratan de encontrar soluciones a los conflictos que se le presentan derivados de la diversidad de intereses que un sistema político contiene en sí mismo. La última dimensión versa sobre los distintos aspectos de contenido de la política, es decir, los actos expresados a través de programas, objetivos, valores, concepciones, etc.

Sobra decir que estas tres dimensiones se encuentran íntimamente ligadas y como consecuencia mantienen una constante influencia que, frecuentemente, las hacen ser unas productos de las otras y viceversa, actuando como condicionantes.

El objetivo que persigue la política es una correcta estructuración de los asuntos públicos del Estado (orden y seguridad de la comunidad), lo que concuerda con una de las respuestas a la constante interrogante de cuál es la esencia y raíz de la política: la realización del bien común; por el contrario existe otra respuesta a la pregunta hecha a la política acerca de su esencia y esta es, simplemente, la lucha por el poder.

Partiendo desde la antigüedad podemos rastrear tres diferentes raíces de la política, y estas son: la politológica que busca el buen orden, la demonológica que busca el poder del Estado y, la escatológica que postula la gran transformación y el conflicto íntimo.

En cuanto a sus funciones tenemos que debe cumplir con aquellas funciones sociales que coadyuven para que el hombre logre su plena realización como persona, y estas son: la función del sustento, la función de la formación, la función de la integración a la vida social, la función del aseguramiento y del orden social logrado a través de la política.

No podemos negar que en el centro de la política está la obtención del poder, la cuestión es ver como es aplicado ese poder y, sobre todo, cómo reaccionan los ciudadanos ante la aplicación del mismo, en otras palabras, primero hay que analizar al poder en sí y, en contraparte, a la educación política o configuración de la vida pública.

Para que el político se desarrolle y permanezca en los puestos de poder en los que realiza su actividad, es menester de éstos ser capaces de contar con un temple y fortaleza que le permitan introducir la disciplina indispensable para la subsistencia de la comunidad.

Son tres las cualidades o virtudes esenciales con las que debe contar todo buen político, si se jacta de serlo, y estas son: la pasión por lo que hace, la responsabilidad como cualidad psicológica de un buen líder y el sentido de la proporción o mesura que le permita mantener una concentración y tranquilidad internas a pesar de la realidad que lo envuelve.

Por su parte, podemos decir que la ciencia política es la disciplina que se ocupa de la interacción producida entre las personas integrantes de una sociedad, en este sentido un verdadero pensamiento politológico debe de abarcar el criterio del poder, de la paz y del bien común, de manera que conjugue las diferentes posturas que hay al respecto y las considere como complemento, una de la otra, y mutuamente una fuente de enriquecimiento.

Podemos decir que el politólogo (el que conoce acerca de la Ciencia Política) no es un político dado que el politólogo se define como un científico que estudia, observa e interpreta a la política y a sus actores, razón por la cual es menester manejar una sana y correcta distancia frente a su objetivo de estudio tratando de mantener una postura completamente objetiva con respecto de las controversias suscitadas al interior de la política, cosa que no es obligatoria observar para todo aquel que si desee ser actor político (entrar a la profesión política).

Cuando hablamos de una investigación politológica hablamos de una investigación de carácter empírico y analítico, en la cual es necesario, primero, observar y analizar aquellos fenómenos objetos del análisis (descripción) para luego estar en condiciones de plantear posibles respuestas a las interrogantes de dichos fenómenos (teoría), luego viene la confirmación empírica de la realidad en donde se confirmaran o refutaran las respuestas planteadas por el politólogo (análisis empírico).

La Ciencia Política, al igual que muchas otras ciencias, se encuentra interrelacionada con muchas otras, con las que comparte el objeto de estudio o incluso hasta el método, tal es el caso de la Filosofía, con la que comparte el interés por la teoría política, con las ciencias jurídicas comparte principalmente el interés por algunos temas del derecho público, también guarda estrecha relación por temas de la economía (principalmente por la administración pública, sin dejar de lado a las ciencias históricas las cuales son parte y condición del trabajo politológico).

En cuanto la división de las ramas políticas, podemos decir que existen varias y muy diferentes en relación con el contexto temporal en el que nos encontremos situados y sobre todo por el organismo o entidad que realice la división, sin embargo la división prevaleciente (que es la clásica), contempla tres divisiones básicas a saber: Teoría política, Política interior o estudio comparado de las formas de dominación y, Política exterior o internacional.

El estudio de esta disciplina científica (politología) debe de contar con características especiales como: conocimientos sobre la estructura institucional de los sistemas políticos, conocimientos sobre la organización y el tránsito de los diversos procesos dados en la voluntad política, capacidad de analizar las principales teorías políticas, jurídicas y económicas de los sistemas jurídicos a nivel internacional; el estudioso de la Ciencia Política desarrollara otras habilidades como la apertura y flexibilidad en el manejo de los diferentes temas que surjan, destreza y pericia para expresarse oralmente y por escrito así como la capacidad de formular tesis y argumentos claros y precisos, capacidad en la reflexión de los problemas propios de la disciplina así como capacidad para ejercer el pensamiento conceptual.

Como podemos ver la política no es asunto exclusivo de unos cuantos, por el contrario es un asunto concerniente a todos los ciudadanos de un Estado, por lo que debemos involucrarnos en conocer y entender la actividad política, como ciudadanos nos toca estar bien informados de lo que sucede en las distintas esferas de la vida pública del Estado, y así conocer las anomalías que se podrían presentar, corregirlas y alertar sobre posibles actos de corrupción de los “actores políticos”.

Nuestra sociedad necesita un cambio moral en el ejercicio de gobierno, esto exige una actitud activa e integradora de los ciudadanos y de los políticos si de verdad queremos tener estándares elevados en lo que respecta a la búsqueda del bien común, la democracia y derechos humanos.

Para cerrar dejo dos interrogantes al respecto que hacen una llamada urgente a la participación de todos los ciudadanos en los asuntos públicos de dirección de un Estado, la primera es: actuando como se ha hecho hasta el momento ¿verdaderamente estamos a la altura del rol que nos toca desempeñar dentro de la vida pública de un país? y, la segunda: ¿son malos los gobiernos porque han sido elegidos por malos electores, o son malos los electores porque han elegido malos gobiernos?

*Sergio Alberto Nájera Villegas, egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UMSNH en el año de 2009, actualmente cursa el 3er. semestre de la Maestría en Derecho con Opción Terminal en Ciencia Política en la División de Estudios de Posgrado de la UMSNH

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