Título: Política y Sociedad: El dilema de una sociedad política o una política con intervención social.
Title: Politics and Society: Political Society or Politics with Social Intervention. A dilemma.

Palabras Clave: Política, sociedad, cultura, colectividad, libertad, democracia.
Key Words: Politics, society, culture, collectivity, freedom, democracy.
Actualmente estamos viviendo momentos trascendentales para la vida democrática del país y el bienestar de toda su población, los actores políticos “tradicionales” , o sea los llamados candidatos a puestos de elección popular, se encuentran realizando actividades encaminadas a conquistar la simpatía y el voto de la gente con miras a los próximos comicios electorales del 1° de julio, a la ciudadanía le tocará realizar el análisis de las propuestas de cada candidato para ejercer de la mejor manera su derecho a elegir representantes populares a través de la emisión de su voto.
Lo descrito líneas arriba es lo que en teoría tendría que pasar en la vida política de cualquier país que se considere democrático, sin embargo, en México no sucede exactamente esto ya que las condiciones del país han impuesto una realidad política y social muy diferente.
Una revisión general del problema
El Estado mexicano experimenta un concepto deficiente e incompleto de “democracia participativa” en donde políticos y ciudadanos, por igual, no ejercen el rol que les corresponde, por un lado, los políticos han establecido de facto un gobierno con tintes oligárquicos en donde el poder supremo (que originalmente corresponde al pueblo) es ejercido tan solo por un reducido grupo de personas, las cuales suelen acaparar todos los beneficios emanados del sistema.
Por su parte, la ciudadanía ha vivido una marcada relegación de la vida política y la toma de decisiones en el país que es común encontrarla decepcionada de las condiciones políticas imperantes, y por lo mismo se muestra renuente a participar en los procesos de participación política propia de toda democracia.
En estas condiciones es común, y hasta lógico, encontrar que los actores políticos en el poder siempre han tenido una escaza, por no decir nula, comunicación e interacción con el resto de la sociedad, lo que ha resultado en diversos obstáculos que impiden que el ambiente político sea refrescado y enriquecido por una diversidad de ideas, conceptos y acciones que propicien el desarrollo que necesita el país.
Así, nos encontramos ante el reto de mejorar a través de una verdadera y efectiva participación de la sociedad la actual democracia que predomina en el Estado mexicano, corrigiendo y consolidando su sistema de organización con el fin de que responda a las necesidades que exige un nuevo contexto global.
Para lograrlo es necesario que la ciudadanía tome conciencia de lo importante que resulta el aspecto de la organización política dentro de toda sociedad de manera que observe y valore los diferentes aspectos que están comprometidos con su participación, es decir, el mejoramiento en la calidad de vida de la colectividad.
Actividad política de la sociedad
La comprensión del papel que juega la política dentro de toda sociedad debe de ser el primer paso en el proceso de “concientización” de los individuos que integran la colectividad, por lo tanto, es importante comenzar diciendo que la política no es un ámbito que separe la vida cotidiana y las actividades públicas, por el contrario, abarca todas las actividades de cooperación y conflicto dentro y entre las sociedades por medio de las cuales la especie humana organiza el uso, la producción y distribución de los recursos humanos, los naturales y otros, en el transcurso de la producción y reproducción de su vida biológica y social.
Estas actividades de ninguna manera están aisladas de otras características de la vida en sociedad, la actividad política ayuda a configurar la estructura de la organización social y los sistemas de cultura e ideología en la sociedad o en los grupos dentro de ella.
A partir de esta premisa, es posible identificar algunos rasgos esenciales de la política:
o Se trata de una actividad humana.
o Implica conflicto, pero también cooperación.
o Implica el establecimiento de relaciones de poder.
o Se relaciona con la toma de decisiones.
Siguiendo el mismo orden de ideas, tomaremos como base para entender el origen del Estado la tesis sustentada por Jhon Locke en su Tratado sobre el gobierno civil, en el se nos describe como de manera primigenia el hombre se encuentra en un “estado de naturaleza” que precede a la creación de las sociedades humanas, los hombres viven “entre sí en un plano de igualdad, sin subordinación o sumisión” y son perfectamente libres de actuar y de disponer de sus posesiones como mejor les convenga dentro de los límites de la ley natural. Esta aparente “libertad” tiene un alto precio ya que si bien es cierto que el hombre puede disponer de sus bienes con independencia de otros individuos, también es cierto que la ausencia de una organización colectiva no le permite el goce pleno de su dominio pues constantemente ve amenazada su propia libertad por los mismos derechos de los demás hombres.
De esta manera tenemos que, el hombre decide abandonar la libertad de este estado de naturaleza para unirse a una sociedad dentro de la cual buscará conservar una mutua preservación de sus libertades, en otras palabras, busca la protección de la propiedad.
A partir de éstas y otras premisas, Locke llega a la conclusión de que la sociedad política (o sea el gobierno) en tanto sea legítima (es decir que cuente con la aceptación de la mayoría), representa un contrato social entre quienes han “consentido formar una comunidad o gobierno donde la mayoría tiene el derecho para actuar e imponerse a los demás”.
Ambas ideas (el consentimiento de los gobernados y la regla de la mayoría) llegaron a ocupar un lugar central en todas las teorías posteriores sobre la democracia y, por ende, ningún gobierno es legítimo a menos que goce del consentimiento de los gobernados, y ese consentimiento no puede darse salvo mediante la regla de la mayoría
Una verdadera y plena Democracia representativa.
Con lo descrito líneas arriba estamos en condiciones de afirmar que dentro de las democracias representativas modernas los rasgos de la democracia solamente los podemos realizar a través de una variedad de instituciones (actividades) políticas, estas instituciones incluyen:
• Elecciones libres, limpias y periódicas. Los ciudadanos pueden participar en dichas elecciones tanto en calidad de votantes como de candidatos (si bien pueden imponerse restricciones en términos de edad y residencia).
• Libertad de expresión. Los ciudadanos pueden expresarse en público sobre una amplia gama de temas políticamente relevantes sin temor al castigo.
• Fuentes de información independientes. Existen fuentes de información política que no se hallan bajo control del gobierno ni de grupo único alguno y cuyos derechos a publicar información o difundirla de otro modo están protegidos por ley, es más, todos los ciudadanos tienen derecho a buscar y emplear dichas fuentes de información.
• Libertad de asociación. Los ciudadanos tienen el derecho de formar organizaciones políticas independientes y participar en ellas, incluidos los partidos y los grupos de interés.
La relación entre estas instituciones y las características de una democracia que se realiza a través de aquellas puede resumirse de la siguiente manera: en una asociación del tamaño de un Estado-nación la representación resulta necesaria para la participación efectiva y el control ciudadano del programa de acción; las elecciones libres, limpias y periódicas, la igualdad de votos, la libertad de expresión, las fuentes independientes de información y la libertad de asociación son herramientas indispensables para la realización de una plena democracia.
¿Por qué participar en la construcción de la democracia?
La historia demuestra que la democracia posee de manera única ciertos rasgos que la mayoría de las personas, cualquiera sean sus creencias políticas básicas, considerarían deseables:
1. La democracia ayuda a prevenir que el gobierno sea ejercido por autócratas crueles y viciosos,
2. Las democracias representativas modernas no libran guerras entre sí,
3. Los países con gobiernos democráticos tienden a ser más prósperos que aquellos con gobiernos no democráticos, y
4. Tiende a promover el desarrollo humano (medido en términos de salud, educación, ingreso personal y otros indicadores) más plenamente que otras formas de gobierno.
Hay algunos otros rasgos de la democracia que también se consideraran deseables para el bienestar de la colectividad, tales rasgos son los siguientes: la democracia ayuda al pueblo a proteger sus intereses fundamentales, garantiza a sus ciudadanos derechos fundamentales que los sistemas no democráticos no otorgan ni pueden otorgar, y asegura a sus ciudadanos una gama más amplia de libertades personales que las demás formas de gobierno.
Finalmente, existen otras características de la democracia sobre las cuales vale la pena reflexionar: únicamente la participación democrática brinda al pueblo la máxima oportunidad de vivir bajo leyes de su propia elección, ofrece a la gente la oportunidad máxima de asumir la responsabilidad moral respecto de sus elecciones y decisiones en torno a las políticas de gobierno, y sólo en una sociedad democrática puede existir un nivel relativamente alto de igualdad política.
La democracia es la forma de gobierno más deseable porque solamente ella provee las clases de libertad necesarias para el autodesarrollo y el crecimiento individual, sin embargo, este concepto puede ir mas allá que una mera forma de gobierno, es también un “modo de vida asociada” en la que los ciudadanos cooperan entre sí para solucionar sus problemas comunes a través de vías racionales (es decir, a través de la indagación y el experimento críticos), en un espíritu de respeto mutuo y de buena voluntad.
Una tarea pendiente.
Las instituciones políticas de cualquier democracia no deberían ser vistas como las creaciones perfectas e inmutables de estadistas visionarios del pasado, más bien, deberían ser sometidas constantemente a la crítica y a la mejora a medida que van cambiando las circunstancias históricas y el interés público.
En toda democracia moderna la participación ciudadana se ha convertido en un elemento esencial, lo que ha significado trascender la noción de la democracia centrada únicamente en la celebración de elecciones competitivas y transparentes (democracia electoral), y dar paso a una plena democracia participativa en la que se promueven espacios de interacción entre los ciudadanos y el Estado, a partir de la legítima participación de los primeros en los procesos de toma de decisiones.
La participación en una democracia exige hábitos mentales críticos e inquisitivos, una inclinación hacia la cooperación con otros, un sentimiento de responsabilidad pública y un deseo de alcanzar el bien común.
Al participar en los próximos comicios electorales para elegir representantes populares tendremos ante nosotros la posibilidad de lograr que la voluntad del pueblo esté debidamente representada en las decisiones políticas, la oportunidad de contribuir en la consolidación de un sistema político en donde la democracia misma resulte útil y eficaz al ciudadano.
Así pues, la importancia de participar activamente en la política radica en el hecho de combatir aquellos aspectos que representan una amenaza al bienestar de la colectividad, debemos propiciar una ciudadanización de las leyes y de las políticas públicas a través de la participación de un electorado informado y preocupado por su futuro, dicho en otras palabras, si no participamos en la vida democrática del país no podemos pretender vislumbrar una mejora de nuestros males sociales siendo al mismo tiempo parte del problema.
*El autor es Maestro en Derecho por la División de Estudios de Posgrado.
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